En los últimos días, la reforma fiscal que planteaba el gobierno dominicano ha captado gran atención en el ámbito digital. Como asesor del Consejo de Plataformas Digitales de la República Dominicana, he seguido de cerca estas discusiones. Aunque, por razones éticas, me abstendré de comentar sobre los aspectos impositivos, hay un tema crucial que surge en paralelo: la formalización de las plataformas digitales, creadores de contenido, influencers y artistas.
A pesar del crecimiento exponencial de estos actores en la economía digital, muchos continúan operando de manera informal. Esta falta de estructura se debe, en gran medida, a la falta de información o a la ausencia de una asesoría legal y financiera adecuada. Sin embargo, la formalización es un paso fundamental que no solo asegura el crecimiento y la sostenibilidad de sus actividades, sino que también los protege de riesgos legales, financieros y reputacionales. En un entorno donde la innovación y la monetización del contenido son vitales, operar fuera de la legalidad o sin una base sólida puede limitar gravemente el potencial de expansión y éxito.
¿Por qué es necesaria la formalización?
La formalización no debe ser vista como un trámite innecesario o costoso, sino como una inversión estratégica que reduce riesgos y fortalece la estructura de cualquier emprendimiento digital. Para alcanzar este objetivo, es indispensable contar con la asesoría de un abogado y un contador que guíen el proceso de manera integral, cubriendo áreas clave como la protección de activos, el cumplimiento normativo y la optimización fiscal.
En el ecosistema digital, el contenido es el principal activo. Los creadores de contenido, artistas e influencers construyen sus marcas y negocios en torno a la creatividad y originalidad de sus obras, por lo que la propiedad intelectual (PI) se convierte en un pilar fundamental para garantizar que sus esfuerzos sean debidamente reconocidos y remunerados.
El registro de derechos de autor, marcas y patentes es esencial para evitar que terceros se apropien del contenido o lo utilicen sin autorización. En un entorno altamente competitivo, la falta de protección puede dar lugar a la apropiación indebida de ideas, plagio o uso no autorizado de materiales que podrían generar ingresos importantes para el creador. Además, proteger la PI permite a los creadores negociar contratos de licencias de uso, lo que abre nuevas vías de monetización y expansión comercial.
No basta con la creación; es necesario formalizar la propiedad intelectual de manera que se obtengan derechos exclusivos sobre las obras y se evite que los ingresos generados por la creatividad sean desviados hacia manos ajenas. A nivel global, grandes empresas y plataformas tecnológicas reconocen el valor de la PI y los creadores que no formalizan estos derechos corren el riesgo de quedar en desventaja frente a estos gigantes.
Uno de los principales retos que enfrentan los creadores de contenido y plataformas digitales es la falta de una estructura jurídica adecuada. Operar sin un marco legal formalizado puede exponer a los creadores a riesgos significativos, tanto en términos de responsabilidad personal como en la gestión de impuestos y contratos comerciales.
La elección del vehículo corporativo correcto, ya sea una Sociedad Anónima Simplificada (SAS), una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL), o incluso una empresa individual, tiene implicaciones a nivel fiscal, financiero y de responsabilidad. Por ejemplo, una SRL permite limitar la responsabilidad personal del creador frente a deudas o litigios, protegiendo su patrimonio personal. Al mismo tiempo, una SAS puede facilitar la entrada de nuevos inversores o socios sin comprometer el control de la empresa.
Además, la formalización de la estructura jurídica facilita la negociación de acuerdos con patrocinadores, marcas e inversionistas, brindando mayor confianza y credibilidad. Las plataformas que buscan expandirse o acceder a financiamiento externo encontrarán en la formalización un aliado crucial para proyectar solidez y transparencia ante potenciales socios.
Un aspecto fundamental de la formalización es la correcta estructuración de los contratos, tanto laborales como de prestación de servicios. Estos documentos son la base que regula las relaciones entre los creadores, plataformas y colaboradores, y su correcta elaboración es esencial para evitar conflictos futuros.
Los contratos laborales deben incluir cláusulas clave como la confidencialidad, la protección de datos y la no competencia. Esto es particularmente importante en un entorno donde la innovación y la propiedad intelectual son activos clave. Un empleado o colaborador que no esté debidamente vinculado mediante un contrato puede aprovechar la información obtenida para crear competencia desleal o compartir información sensible.
Los contratos de prestación de servicios también juegan un papel vital, ya que muchos creadores colaboran con terceros como editores, fotógrafos o diseñadores. Estos contratos deben establecer claramente los términos de la relación comercial, los plazos de entrega, las condiciones de pago y los derechos sobre el material creado. De esta manera, se evitan malentendidos y se protege tanto al creador como al colaborador.
A medida que los creadores de contenido y las plataformas digitales crecen y manejan mayores volúmenes de ingresos, es fundamental establecer mecanismos para prevenir el lavado de activos. En un entorno globalizado, donde los pagos pueden provenir de distintas fuentes y países, es crucial cumplir con las normativas vigentes sobre prevención de delitos financieros.
La Ley 155-17 sobre Lavado de Activos en la República Dominicana impone obligaciones específicas a las empresas y personas físicas para garantizar que sus operaciones sean transparentes y estén libres de cualquier implicación ilícita. Establecer un programa de cumplimiento interno no solo previene sanciones y multas, sino que también protege la reputación de la plataforma o del creador, aumentando la confianza de los inversores y patrocinadores.
El crecimiento del ecosistema digital ha generado múltiples interrogantes sobre cómo deben tributar los creadores de contenido e influencers, especialmente cuando los ingresos provienen de diferentes países o plataformas. Un adecuado asesoramiento fiscal permite a los creadores cumplir con sus obligaciones tributarias de manera eficiente y aprovechar los beneficios que las legislaciones fiscales pueden ofrecer.
Una estrategia tributaria sólida no solo asegura el cumplimiento de las normativas locales e internacionales, sino que también optimiza el pago de impuestos, evitando cargas excesivas y aprovechando incentivos fiscales. Además, una correcta planificación fiscal reduce la probabilidad de sanciones y problemas con las autoridades tributarias, permitiendo a los creadores centrarse en sus actividades creativas sin preocupaciones adicionales.
Para garantizar la sostenibilidad de las plataformas digitales y los creadores de contenido, es fundamental contar con una planificación financiera sólida. No se trata solo de cumplir con las obligaciones fiscales, sino de proyectar ingresos, gastos y oportunidades de inversión a futuro.
Un contador especializado puede ayudar a los creadores a mantener un control riguroso sobre sus ingresos, establecer presupuestos y prever los flujos de caja necesarios para expandir su negocio. Esta organización financiera también facilita la obtención de financiamiento, ya que los inversionistas y las instituciones financieras necesitan ver proyecciones claras y detalladas antes de otorgar capital.
Además, una buena planificación financiera permite que los creadores tomen decisiones estratégicas a largo plazo, como expandir sus operaciones, contratar más personal o invertir en nuevas tecnologías que mejoren la producción de su contenido.
En el entorno digital, los creadores de contenido e influencers tienen un enorme poder para influir en sus audiencias. Por esta razón, la formalización también debe incluir una dimensión de responsabilidad social. Adoptar prácticas responsables y éticas en la creación y difusión de contenido no solo fortalece la imagen pública del creador, sino que también genera confianza entre sus seguidores y patrocinadores.
Involucrarse en causas sociales, promover la transparencia y evitar la difusión de contenidos dañinos o desinformativos son acciones que no solo generan valor social, sino que también posicionan a los creadores como líderes de opinión confiables y comprometidos con el bienestar de su comunidad.
Conclusión: formalizar para prosperar.
La formalización es un paso ineludible para quienes deseen operar de manera seria y sostenible en el ecosistema digital. La protección de la propiedad intelectual, el cumplimiento normativo, la optimización fiscal y la responsabilidad social son solo algunos de los aspectos que hacen de este proceso una herramienta indispensable para el crecimiento y la proyección a largo plazo.
Para los creadores de contenido, plataformas digitales, influencers y artistas, la formalización no es solo una cuestión legal, es una estrategia que asegura el éxito, protege los intereses y amplía las oportunidades en un entorno competitivo y dinámico.